lunes, julio 28, 2008

Fundamentos s/ Proy. Ord. Aumento tarifa agua potable

A mediados de junio, el DEM presentó un proyecto de ordenanza para reemplazar el régimen tarifario vigente, a solicitud de la Cooperativa de Provisión de Agua Potable mediante nota en la que se solicita el incremento para continuar prestando el servicio en calidad y cantidad suficiente para atender a la población.
El proyecto fue aprobado por unanimidad, con modificaciones, en la sesión del 28/7/08.

A continuación, la fundamentación del despacho.

La situación actual de la ciudad con relación al agua potable es compleja, por un lado la Cooperativa de Provisión de Agua Potable se encuentra un estado económico - financiero delicado; y por otro existen algunos interrogantes con relación al uso del recurso, el agua, que la cooperativa genera.

En referencia a la situación económico-financiera, se ha realizado el análisis de la información presentada por la cooperativa oportunamente, más el estudio de aquella que fue solicitada por el Concejo, y hemos arribado a este proyecto de ordenanza que aprobaremos hoy. Se evaluaron los ingresos y egresos y determinamos la necesidad de este ajuste tarifario.

En pocos días se va a poner en funcionamiento la nueva red, que deberá reducir las pérdidas y por ende, el costo del tratamiento de agua deberá ser menor así como también el consumo energético, ya que el recambio de red se justificó en el hecho de que las pérdidas rondaban el 42% ó 43% y si el agua no contabilizada disminuye, deberá redundar, al mismo tiempo, en una reducción de costos.

Además, en la Cámara de Diputados de la provincia existe un proyecto de comunicación con dictamen de comisión, por mayoría, mediate el cual se le solicita al Poder Ejecutivo que arbitre los medios necesarios con el objeto de que la Empresa Provincial de la Energía establezca una tarifa diferencial, que disminuya el costo de la energía eléctrica para el consumo de las cooperativas de agua.

Esta es una preocupación recurrente y este proyecto de comunicación podría ser el comienzo de una solución al problema del costo energético.

Dado este contexto, hemos asumido el compromiso de continuar trabajando en conjunto, la cooperativa y la Municipalidad, para evaluar periódicamente su situación.

No debemos desconocer el hecho que las grandes corporaciones trasnacionales han pasado a controlar el agua en gran parte del mundo. Por ejemplo, las empresas francesas Suez y Veolia, por sí solas, administran la distribución del agua para más de 250 millones de personas, sin contar aquellas servidas por empresas en las cuales poseen participación accionaria. Se calcula que en 15 años unas pocas empresas privadas tendrán el control monopólico del 75% de ese recurso vital.

Es por eso que debemos tener presente el hecho de que las cooperativas son entidades sin fines de lucro que no generan ganancias y son una forma asociativa apropiada para la defensa de los sectores más desprotegidos de la población constituyendo una alternativa a la actividad de las grandes empresas con fines de lucro. Sin dudas, para Veolia y Suez, así como para otras, el servicio de agua gira alrededor de la ecuación económica, cuando el eje fundamental debe ser el respeto de los derechos reconocidos mundialmente y, en este caso, el respeto del derecho al agua.

Las normas internacionales sobre derechos humanos incluyen el derecho de acceso a una cantidad de agua suficiente, de calidad adecuada, para satisfacer el derecho explícito a la vida y los derechos a la salud y al bienestar. Esta interpretación está plenamente ratificada por la Observación General 15 de la ONU, publicada en noviembre de 2002, que apoya el derecho humano de acceso al agua.

El derecho al agua no supone el derecho a una cantidad ilimitada de agua, ni exige que el agua se suministre de forma gratuita. Debe pagarse un precio, pero cuando las personas no puedan pagar el agua necesaria para satisfacer sus necesidades básicas –por razones de pobreza, por ejemplo – es responsabilidad del gobierno local suministrar el agua necesaria para satisfacer dichas necesidades.

Actualmente, en nuestra ciudad, existe una clara competencia entre el agua potable y las fuentes de agua no segura. Y es probable que lo que el municipio no aporte para subsidiar a familias que no puedan acceder al agua potable deba tener que aportarlo en salud debido a las enfermedades sanitarias que acarrea el hecho de consumir agua de fuentes no seguras.

Como tareas a plantear de aquí en más:

Deberemos realizar un importante esfuerzo en la mejora del conocimiento, la toma de datos y la elaboración y difusión de estadísticas relacionadas con el agua, ya que las estimaciones pueden presentar incertidumbres significativas. La información ha de recopilarse y sistematizarse, facilitando su acceso libre, gratuito y universal a los interesados.

También, pronto deberemos pensar en planes Integrales de Gestión de la Demanda, que son planes que tienen como objetivo principal la gestión de la demanda de agua y la promoción de un uso sostenible y de calidad a largo plazo así como una reducción de los costos totales de gestión.
Es necesario desarrollar programas activos de información y participación ciudadana, que hagan posible la viabilidad social de las medidas que se puedan proponer. El agua es un recurso natural cuyo uso y estado concierne a todos. De ahí que su manejo no puede ser interesado y, en consecuencia, su gestión debe ser transparente. Una transparencia que exige que cualquier proyecto que afecte al medio ambiente sea debatido, en igualdad de condiciones, por todos los ciudadanos implicados. Además, la falta de participación en la determinación de las tarifas del agua contribuye a incrementar el desconocimiento y a fomentar falsas percepciones de los consumidores sobre el consumo de este recurso. Por eso, deberemos encontrar la manera de que la ciudadanía tenga capacidad real de participación y deliberación en las decisiones que se deban que tomar.

Para terminar, nos debemos comprometer a afrontar, desde la eficiencia y la sostenibilidad, el reto de la escasez del agua, al margen de vaivenes y coyunturas del momento. Una gestión eficiente y transparente del agua, con perspectivas de largo plazo, atendiendo al interés general, y con instituciones eficaces, adecuadamente dotadas y profesionalizadas, será capaz de resolver los problemas actuales y encarar con garantías los futuros.

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