sábado, abril 08, 2006

Seminario "Los problemas de nuestro tiempo:entre la sociedad y las Políticas Públicas"

CEMUPRO - Centro de Estudios Municipales y Provinciales

Fundamentación
No es fácil encontrar una explicación satisfactoria, convincente y con cierto consenso sobre los problemas de nuestro tiempo. En algunos momentos y en determinadas circunstancias la teoría política y la acción gubernamental no parecen estar a la altura de la demanda de la sociedad. En una época como la actual muchas cosas han sido puesta en tela de juicio, por ejemplo, la idea de modernidad, la confianza en el futuro, el Estado de bienestar, el sentido de la política. La creciente complejidad de nuestra época arrastra consigo aquellas estructuras de pensamiento con las que hemos interpretado durante mucho tiempo los acontecimientos de la región y del mundo.

El diálogo con las condiciones que definen nuestro tiempo se ha vuelto más que nunca necesario, en la medida en que lo que está en juego es la propia dignidad humana. Por eso la urgencia de plantear nuevos puntos de vista capaces de interpretar la nueva realidad, para poder avanzar en el análisis de la región y nuestro país. Sin duda, se requiere de un nuevo marco conceptual que, sin desechar los conocimientos y experiencias del pasado, otorgue consistencia y sentido de innovación a las opciones de futuro.

Nuestra sociedad y la economía se han modificado considerablemente en las últimas décadas. Se observa un cambio significativo en las diferentes esferas en que puede escindirse el orden colectivo: lo político, lo social, lo cultural, lo económico. Las fronteras que separan esas esferas son móviles, pero lo que permanece invariablemente son las desigualdades sociales y los desequilibrios del poder. A su vez, las transformaciones tecnológicas de los últimos años han impactado en las concepciones de tiempo y espacio, en los riesgos y oportunidades.

En nuestra región la fuerza del cambio parece irresistible, empujados por una voluntad colectiva y por la necesidad de producir modificaciones en la vida cotidiana de los ciudadanos. El desempleo sigue siendo muy elevado, la pobreza se ha extendido a límites nunca antes conocido, las carencias sociales son enormes y las respuestas en materia de salud y educación han sufrido una fuerte declinación. Hay reformas en materia institucional que están pendientes de resolución. La calidad de la democracia es otro de los temas preocupantes en la región.

Estos son los desafíos del presente que interrogan a las capacidades estatales y a las organizaciones partidarias. La cuestión social ha adquirido otra forma frente a los problemas que presenta la exclusión. Se trata de un fenómeno que atraviesa lo cívico y lo político, que ha producido un giro notable en el conflicto social. Una parte significativa de esta protesta social está disociada del trabajo, y se halla encausada por fuerzas informales no reconocidas institucionalmente. Desde esta perspectiva, el sistema de representación político-institucional muestra también sus debilidades.

El interés público es la razón ser de todo gobierno. En este sentido, hay que proteger al patrimonio público para que no sea apropiado por los intereses privados ni para que los gobernantes hagan un uso privado del mismo. La gestión pública es un arte difícil, sobre todo cuando ella es ejercida de manera democrática, eficiente y transparente. Este hacer político requiere la construcción de consensos, y ese consenso debe ser el resultado del debate público, de la participación más amplia y activa, para así poder ampliar los acuerdos adquiridos en torno a los temas que más preocupan a la sociedad.

Una agenda de debate democrática tiende acortar la distancia entre el sistema político y la sociedad, entre los dirigentes políticos y las necesidades de los ciudadanos. Se busca perfeccionar y ampliar la discusión pública incluyendo la mayor cantidad de intereses y sectores sociales guiados por la idea del interés público.